Se acerca la elección de la mesa directiva del Congreso y ésta tiene que estar conformada por los actuales congresistas disgregados en -nada menos y nada más que- trece bancadas (de pronto alguna que otra más por ahí), en fin…es lo que hay. Ahora bien ¿en serio tenemos que precisar tal situación?…pues sí, y lo hacemos porque al parecer la prensa (ahí sí, toda) y mucha gente no se ha percatado del absoluto fraccionamiento y precariedad institucional que existe en el parlamento ¿culpa de quién? Ese es otro tema, que no es el caso comentarlo ahora.
Por lo pronto, NINGUNA agrupación o partido político -ni siquiera tendencia ideológica… si la hubiere- puede aspirar a controlar por si sola este poder del Estado. Así que resulta idiota (por ser educado con el término) ponerse exquisito y pretender que alguno de nuestros congresistas favoritos sea elegido -per se- para participar en el pequeño colegiado que resulta la composición de la nueva mesa directiva del Congreso.
Entonces, lo único que queda es esperar que todos los parlamentarios (o al menos las cabezas visibles) se pongan a dialogar (¡vaya palabrita!) y establecer las correspondientes alianzas para la asunción democrática de la dirección de este poder del Estado. Habrá algunas que no solo nos causen sorpresa sino profundo desagrado, pero acaso ¿no dicen que la política (y más en este particular caso) es el arte de lo posible?
Ante ello, resulta absurdo que se empiece con las campañitas mediáticas ridículas de insinuar componendas para esta naturales reuniones (llamada también peyorativamente “repartijas”), en las que se tiene que ceder cuotas de poder con los más impensables enemigos políticos, pactando hasta con el mismísimo diablo…si cabe.
A todos nos gustaría que las alternativas sean entre Winston Churchill o Konrad Adenauer o Mahatma Gandhi, pero no es así. Los congresistas “peruchos” que conformen las siguientes mesas directivas saldrán seguramente de las alianzas más extrañas posibles y se harán con los 130 congresistas que tenemos diseminados en las referidas trece bancadas, nos guste o no ¿Estamos?
Por tanto, no esperen nada más que eso, los nuevos directivos NO van a venir ni de Marte ni de Júpiter -o del más allá, ni del más acá tampoco- ni serán los que uno quiere sean necesariamente, serán los que resulten elegidos entre sus pares para dirigir el periodo legislativo 2023-2024. Realismo amigos, realismo y no pajaritos preñados o la típica “gadejo” (ganas de joder) de nuestra prensa; la misma que por lo demás hasta la fecha no ha hecho mea culpa alguna del desbarajuste que vivimos hace años, cuando son grandes responsables del país que sufrimos todos los peruanos…¿o no?