Para los que siguen denostando de los congresistas por la elección de la actual mesa directiva –sobre todo en esa derecha boba y frívola incapaz de estudiar el pasado reciente siquiera– habría que recordarles que en 1991 el abogado y entonces diputado pepecista Roberto Ramírez del Villar, un ilustre conservador de derecha, no tuvo el menor problema en dirigir una mesa directiva en la Cámara de Diputados junto a dos dirigentes de la radical Izquierda Unida (Cesar Barrera Bazán del SUTEP-Patria Roja y Alberto Quintanilla del PUM-Partido Unificado Mariateguista), también con Aurelio Loret de Mola y Óscar Urviola del FREDEMO y cerrando la lista con un fujimorista, sí ¡qué horror! Guillermo Yoshikawa de Cambio 90. Dicho parlamento fue disuelto meses después por el golpe de Estado del 5 de abril de 1992 perpetrado por Alberto Fujimori, pero esa ya es otra historia.
Por supuesto a nadie se le ocurrió hablar de “repartijas” ni de “fujicerronismo”, “aprofujimorismo” o estupideces por el estilo, ni se apreció a tanto “íntegro” –en la derecha como en la izquierda–rasgándose las vestiduras por aquella alianza que permitió continuar con las prácticas parlamentarias que implican pactos y uniones impensables para confrontar males peores (si cabe). Por lo demás, debemos decir que el Congreso en el Perú NO gobierna, así que cualquier alianza –sobre todo para conformar una mesa directiva– no pasa de ser una unión momentánea y esencial (administrativa sobre todo) para el manejo de un poder del Estado.
Demás está decir que la conformación de la actual mesa directiva (integrada por tres miembros de partidos no rojos y uno de la izquierda) que ha escandalizado a muchos ha sido para impedir que los “Niños”, los impresentables congresistas de la hoy desarticulada bancada de Acción Popular acusados de traficar influencias en el gobierno del corrupto y golpista Pedro Castillo, y los nefastos caviares tomen el control del parlamento.
No hay escenario ideal en la política, ya Maximilian Karl Emil Weber –el sociólogo, economista, jurista, historiador y politólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública– nos dijo que no entender que la política consiste en pactar con el diablo es pensar como un niño (¡vaya referencia!), agregaría…como un idiota.
Finalmente, la siempre valiente congresista Patricia Chirinos viene impulsando una acusación constitucional para inhabilitar (una vez más) al canalla y golpista de Martín Vizcarra y sus ministros cómplices por el prepotente e inconstitucional cierre del Congreso aquel aciago lunes 30 de setiembre de 2019. Ojalá este parlamento tan fraccionado (hoy son ¡13 bancadas! y sabe Dios cuántas más con el desmembramiento de AP y con el festival de transfuguismo que vemos todos los días) pueda aprobar esta pertinente iniciativa.