A ver, la culpa de la infausta intervención de Castillo en la asamblea de ONU no la tiene él, finalmente se trata de un inimputable, un analfabeto funcional que no tiene idea de nada… además de mentiroso, corrupto y cínico. La culpa la tiene -en primer lugar- los inefables congresistas que le dieron permiso de viajar para hablar sandeces, esta vez ante el mundo entero en el foro internacional más importante que existe. Y luego los sobones del canciller y los embajadores -progres todos- que manejan los temas diplomáticos, asuntos en los que el mediocre profesor chotano y opaco dirigente sindical no tiene la menor idea.