Queda claro que en el Perú hay intocables. Lo que sucede con algunos fiscales en el Ministerio Público y con los miembros de la Junta Nacional de Justicia no deja margen de duda.
El muy poderoso lobby progre/caviar y la misma prensa venal, mediocre e irresponsable de siempre (y algunos sorprendentes socios) contraataca con fuerza.
Es evidente, abierto y sostenido el activismo político de la inmensa mayoría de medios apoyando una ofensiva que busca la irregular salida de la fiscal de la nación Patricia Benavides.
No disimulan en lo absoluto sus preferencias políticas que ya observamos cuando le hicieron la guerra al ex fiscal Pedro Chávarry, apoyaron a Martín Vizcarra y Francisco Sagasti, sacaron a Manuel Merino y sostuvieron a Pedro Castillo hasta su abrupto final.
Hemos regresado de golpe y porrazo a las épocas de los buenos vs. malos. Los “buenos” –caviares– cuentan con el incondicional apoyo de una prensa demoledora con una programación 24/7 al servicio de su causa, propalando unos chats y videos de un coordinador parlamentario del MP que supuestamente incriminan a la actual fiscal de la nación.
Sí llama la atención por qué nunca vemos chats o material supuestamente incriminatorio del otro lado ¿O es que existen santos en la política? ¿Raro no? Por lo demás, ¿se tiene la certeza de la veracidad de esos chats y la ilegalidad de los audios?
¿Han pasado siquiera por algún tipo de filtro independiente o un peritaje para determinar su validez o la prueba de tipicidad en el caso de los audios? ¿Y así se quiere sacar a la señora Benavides? ¡Qué ligera es la justicia en Perusalem!
En todo caso queda absolutamente claro y meridiano que esta nueva arremetida mediática pretende conseguir la remoción de la actual fiscal de la nación del mismo modo mafioso como lo hicieron con Chávarry en 2019.
Inclusive parecieran perseguir reponer a la correctamente inhabilitada y hoy “inesperada” protagonista ex fiscal de la nación Zoraida Ávalos, de penosa recordación por su evidente complacencia con los corruptos y golpistas ex presidentes Vizcarra y Castillo.
Lo que es cierto y real es que mientras sigamos bajo la nefasta competencia de la justicia supranacional (Corte IDH y CIDH) –en manos de la progresía internacional– el mencionado lobby, hoy renovado y reforzado, seguirá controlando la justicia a su antojo en el Perú. Finalmente saben que cuentan con este paraguas legalista para perpetrar sus tropelías.
Todo ello ante un mediocre y pusilánime Congreso quien –para variar– queda más arrinconado que nunca y una politizada y deslegitimada Junta Nacional de Justicia cuyos miembros se resisten a ser removidos y que inclusive ahora quieren suspender de manera abusiva y prepotente a la señora Benavides, haciéndolo sin un debido proceso… ese mismo que clamaban para ellos.