Lo que viene pasando en nuestro país es surrealista e inédito. Un presidente, su familia y allegados atrincherados -literalmente- en palacio de gobierno con la policía y fiscales soplándoles en la nuca; viviendo una realidad paralela, con seis gravísimas investigaciones fiscales en curso que lo sindican como jefe de una organización criminal.
En su defensa Castillo ha acusado a algunos congresistas, a la valiente Fiscal de la Nación y a cierto sector de la prensa de una “conspiración” para sacarlo del poder y ha apelado al apoyo de un “pueblo” que dice lo sostiene. Esto último una completa desconexión con la realidad por parte del chotano, pues cada vez que se desplaza lo hace con un fortísimo contingente de seguridad ante al abucheo e insultos de ese mismo pueblo al que dice representar.
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