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Un recordatorio

¿Se acuerdan de la inconmensurable “indignación” de la izquierda, progresía y caviarada para que el presidente constitucional Manuel Merino caiga en noviembre de 2020? “Merino no me representa” repetían balbuceantes una recua estúpidos y autómatas -apoyados por una poderosa ofensiva mediática mañana, tarde y noche- hasta que lograron su cometido.

¿Recuerdan las pruebas para sostener que se trató de un “golpe”? ¿no? Bueno, ahí va: un supuesto audio de unos segundos que jamás conocimos que fue deslizado por una conocida ONG caviar (hoy extrañamente callada), donde el entonces presidente del Congreso hablaba con un alto mando militar. A partir de ahí se urdió una feroz campaña (sobre todo en redes) contra Merino a quien acusaron de “golpista” y hasta quisieron meterlo (con dos de sus ministros) a la cárcel acusándolo de “asesino” por la muerte -jamás esclarecida- de dos prontuariados que atacaron violentamente a la policía y a quienes -insólitamente y de inmediato- elevaron a la categoría de “héroes del bicentenario” ¡vaya inmunda farsa!

Hoy, con todo lo que se conoce (innumerables pruebas incluidas en la sólida denuncia presentada por una valiente fiscal de la nación al Congreso) de una real y siniestra organización criminal en el poder, toda esa sarta de oráculos y sus satélites rojos/progres/caviares callan en todos los idiomas la inédita podredumbre moral que viene sufriendo nuestro país por cuenta de la banda de delincuentes encabezada por Pedro Castillo; inclusive hay algunos muy avezados que hasta intentan relativizar los hechos trayendo a colación hechos del pasado…ya para esos últimos sinvergüenzas solo queda el desprecio absoluto y el recordatorio de su miseria moral.