Ivette Susana Díaz Díaz, Susy Díaz en el mundo del espectáculo, fue congresista en el periodo 1995-2000. Parlamentaria correcta y trabajadora, muchísimo mejor que varios padres -y madres- de la patria supuestamente más preparados. De hecho fue la que más proyectos de ley presentó y le fueron aprobados. El entonces Arzobispo de Lima Augusto Vargas Alzamora, un fariseo muy parecido a los de ahora, declaró que ella carecía de dignidad y era «muy escasa» y que además sentía vergüenza por su elección elevando su “indignada” protesta por considerar que colisionaba con la moral pública (sic). Susy le respondió que su opinión era prejuiciosa y sesgada. Jamás, mientras desempeño su función pública, estuvo involucrada en escándalo alguno y siempre mantuvo la compostura.
Pese a sostener hasta la fecha su inocencia, el 2000 fue acusada por recibir dinero de Montesinos para no asistir a una sesión congresal y el 2009 sentenciada a una condena de prisión suspendida de tres años. Transcurrido ese tiempo, Díaz pagó el integro de su reparación civil (algo inusual en nuestro medio), cumpliendo de esta manera su deuda con la sociedad. Hoy tenemos a la señora Isabel Cortés, trabajadora de limpieza municipal y elegida por la agrupación izquierdista Juntos por el Perú, que cree que el recinto parlamentario es su dormitorio y se viste con ropa de faena. Hasta ahora solo se le conoce por el cuestionamiento de utilizar indebidamente los gastos de instalación en su beneficio y por un desplante a la prensa…y solo van 100 días. Juzguen ustedes.
