Los muy poderosos lobbies progres/caviares ven como se le escurre de la manos el negocio. Pataleando en todos los frentes y medios posibles y con todo tipo de tinterilladas y mentiras vienen bloqueando la Ley 31520 del 19 de julio de 2022 (de OBLIGATORIO cumplimiento desde el día siguiente a su promulgación) que modifica la conformación de la directiva de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria Superintendencia – SUNEDU (consolidada además por el Tribunal Constitucional como una norma absolutamente constitucional), una que en síntesis reestablece la autonomía universitaria.
Simple y sencillamente se han puesto al margen del Estado de derecho evitando cumplir lo que se dispone en dicha ley, acudiendo para ello al Poder Judicial con una irregular acción de amparo (sic) alegando que dicha norma significa un retroceso en la calidad de la educación superior (sic), sin mayores argumentos que sus propias palabras…”contrarreforma” (sic) le dicen.
Esta gente, al igual que otrora en el caso del nombramiento de los magistrados del TC y ahora con la elección del Defensor del Pueblo, acuden ilegalmente a instancias judiciales para evitar que el Congreso ejerza una atribución única y excluyente emanada de la Constitución como la de legislar y nombrar a los citados funcionarios.
Felizmente en el caso del TC se impuso la razón y el derecho y ya contamos con un nuevo colegiado en dicha institución, luego que una infame mayoría caviar (sí, esa misma que manejaba un tribuno denunciado por violencia familiar y plagio de su tesis) se entronizaran en el citado órgano jurisdiccional por varios años alargando sus periodos de manera anómala.
No ocurre -lamentablemente- en el caso de la designación del titular de la Defensoría (reducto inexpugnable del #cancercaviar y hoy manejada por una interina), que viene siendo bloqueada por una también írrita acción de amparo del…sindicato de la entidad que se siente dueña de esta entidad pública, hoy en manos del rojerío más infame ¡increíble!
Retomando el caso de SUNEDU, indigna observar como la efectiva (hasta ahora) campaña progre continúa con su consabida cantaleta de sentirse dueña de la verdad y la moral, pero esta vez con el agravante de desconocer flagrantemente una ley, todo ello ante una gran prensa canalla y cómplice que da cabida a una serie de personajes que avalan este despropósito, bajo una falsa apariencia de interés por la calidad de la educativa superior, cuando tras ello no hay más que perennizarse en el Estado para seguir medrando de él.
Hoy -como corresponde y con arreglo a ley- cuatro de sus siete directivos eligen al nuevo jefe de la SUNEDU, esperando que en el más corto tiempo posible se complete el órgano de dirección de la citada entidad. Las leyes deben cumplirse, punto.