Nunca he entendido eso de catalogar al cine por la nacionalidad. Para mi hay buen o mal cine, cine de calidad o sin ella, no importa de dónde venga o si es comercial o no lo es. Sí creo que como en cualquier manifestación del arte se necesita estudiar y cultivar los sentidos, nada más necio que esa frase manida que dice “sobre gustos y colores…..”. En lo que respecta a séptimo arte y en especial al nacional tampoco entiendo por qué el Estado (o sea todos) debemos subsidiar una actividad que además de artística es también económica, sobre todo cuando la intelectualidad ha sido tomada por corrientes progres (el cine no ha sido ajeno a ello), ideología con la que muchísimo compatriotas no comulgamos.
Dicho sea, merito -si cabe- de ellos que con un trabajo de hormiga han logrado desplazar cualquier otra corriente de pensamiento en el mundo intelectual peruano y sobre todo siendo minoría acaparar el apoyo estatal para sus proyectos; mea culpa de los que estamos al otro lado del espectro político por apáticos e indiferentes. En todo caso, si bien -como indico- no veo porqué el Estado deba apoyar al cine nacional por el solo hecho de ser peruano (por lo pronto el Estado no me ha dado nada para mi actividad… y bien que así sea), sin embargo, éste existe y no podemos obviarlo comentando que hoy oscila principalmente entre el oscuro y lento dramón indigenista (e indigesto) y la frivolidad de la comedia ligera “urbana” de muy poca calidad (que linda con la chabacanería).
Entonces uno se pregunta ¿No hay temas interesantes en la historia peruana o imaginativos guionistas que puedan crear o adaptar novelas al cine “peruano”? Dinero hay y se obtiene, hay gente experimentada y dedicada a ello.
De pronto me aventuro a decir que una visión más capitalista del cine -como industria- siempre con gente vinculada a la cultura, pero desideologizada y desprovista de ese activismo progre que espanta a mucha gente no le vendría nada mal a esta actividad. Es tan solo una idea a debatir.
No lo conocí y sus películas me parecieron poco interesantes (de lo que hizo me gustó “Abisa a los compañeros” de 1980), en todo caso lamento la muerte del cineasta Felipe Degregori en condiciones económicas y de abandono muy tristes y penosas. QEPD.