En el ámbito procesal penal la prisión preventiva es una medida muy gravosa, de última ratio. Ir a una cárcel en el Perú es lo más cercano al infierno en la tierra, no se le debe desear ni a su peor enemigo…menos en calidad de preventiva. Se aplica cuando existen varios presupuestos en procesados de alta peligrosidad, los que constituyen amenazas reales a la sociedad y que no solo van a obstruir la justicia sino pueden desaparecer amparados en una real pertenencia a una organización criminal que le permita tal hecho.
Se dicta tal medida cuando se trata de delitos (o un concurso de ellos) muy graves que establecen un pronóstico de pena muy alto, fuera de la real y fuerte convicción de la fiscalía de la presunta comisión del ilícito penal y cuando el sujeto procesal no cumpla -de manera concurrente- los correspondientes arraigos domiciliario, laboral y familiar. En síntesis se debe evitar dictar esta medida cuando el sujeto materia de la investigación no represente un obstáculo para el desarrollo del proceso penal.
Dicho todo ello, debemos preguntarnos ¿A la cuñada-hija del presidente le correspondía el beneficio que la justicia le ha otorgado levantándole la prisión preventiva? ¿Se ha comportado desde que fue imputada como una procesada que merecía no se le aplique esta medida, como repetimos, tan gravosa? ¿Tenía o tiene los arraigos referidos? ¿Las pruebas recabadas por la fiscalía no hacían presumir su involucramiento real y efectivo en la comisión de los delitos imputados? ¿Tiene acceso al poder que le permite evadir u obstruir la justicia?
Recordemos en el pasado a Keiko, Alan, la misma pareja Humala-Heredia y tantos otros que sufrieron una inmisericorde e implacable persecución judicial (sin la evidencia abrumadora que hoy presenta la fiscalía en el caso de la mafia chotana) que los llevó a la cárcel de manera preventiva -y por varios meses- y uno que -cumpliendo con la justicia- se quiso armar un miserable show mediático que lo llevó al fatal desenlace de un suicidio.
La señorita Paredes pertenece al entorno familiar más íntimo de un clan criminal que dirige desde el poder, a diferencia de los mencionados… ojo, una mafia imputada de severos delitos en seis investigaciones dirigidas desde la propia fiscal de la nación ¿No es más grave delinquir desde y con el amparo del poder que fuera de este? ¿Es la justicia igual para todos?