Fastidia -diría indigna más bien- la hipocresía y el fariseísmo de ciertos personajes de la izquierda/caviarada que no le hicieron ascos a la famosa “denegatoria fáctica” del sinvergüenza, taimado y corrupto de Vizcarra y su socio Del Solar para justificar una disolución absolutamente jalada de los pelos del Congreso en setiembre de 2019 (con el aval posterior de una infame mayoría del TC de la época) o cuando esa misma gente alentó a marchar 24/7 -con la ayuda de la gran prensa venal por cierto- a favor de Vizcarra luego de su muy justificada vacancia ajustada a la Carta Magna (por 105 votos) y contra el mandato constitucional de Manuel Merino, quien lo sucedió, como correspondía. Aquella vez la ridícula e efímera “generación del bicentenario” (una patraña inventada) y los mismos actorcitos de pacotilla (hoy todos calladitos como buenos sinvergüenzas que son) salieron a protestar para “recuperar” una democracia que nunca estuvo en peligro.
De esta manera hicieron que renuncie Merino (imputándole a él y a sus ministros el cargo de “asesinato” de los “héroes de bicentenario” Inti y Bryan…un par de prontuariados encima) y acusándolo inclusive de “golpista” (sic) ungiendo al santón progre de Sagasti, quien tenía el exactamente el mismo mandato que Merino, pero -claro- para toda esta gentuza él sí fue un demócrata, tanto lo fue que gracias a su corto, pero letal gobierno hoy tenemos a esta recua de hampones en el poder. Todo lo que venimos sufriendo en estos interminables meses se lo debemos al Lagarto, a Sagasti y a sus cómplices de la ONPE, el JNE y por cierto a los cojudignos… nunca olvidemos ello.
Hoy, se enfrascan en bizantinas y absurdas disquisiciones pseudo legales para no botar a la banda de rateros de última que encabeza el propio presidente Castillo, pese a todas las tropelías que con asombro venimos conociendo, cuando sabemos muy bien que el derecho puede ser interpretado de tal manera que no constituya un escollo insalvable para salvar al país del lumpen entronizado en palacio y que está conllevando a la destrucción de la democracia misma. Se incluye en el paquete a su vicepresidenta Dina Boluarte que también debe ser expectorada de su cargo por grave infracción a la Constitución.
Activemos nuestra imaginación constitucional a favor de la legitimidad (severamente dañada), decencia y la moral ciudadana y apliquemos como corresponde las normas de la Constitución y los tratados internacionales. Ahora bien, si tiene que ser a sangre y fuego -como el mismo cínico y ladrón de Castillo ha sugerido- pues así será ¡Nuestra patria, la de nuestros antepasados e hijos, está por encima de todo!