Quede absolutamente claro, diáfano, transparente y prístino que esta asonada terrorista (pues eso es) de nuevo cuño se inició con el fallido y torpe golpe de Estado del hampón, cínico, ignorante y corrupto de Pedro Castillo (hoy tras rejas como corresponde) el miércoles 7 de diciembre de 2022. Apenas Dina Boluarte asumió el gobierno, como le correspondía, los extremistas de la ultraizquierda empezaron con sus acciones violentistas y sus demandas absurdas, afiebradas e imposibles de llevar a cabo por ilegitimas. NO existe reclamo ni demanda alguna que amerite estas acciones vandálicas propias del terrorismo puro y duro.
También queda absolutamente claro que ciertos periodistas de la gran prensa con su estúpido mensaje de las “legítimas protestas” e incidir con el término “manifestantes” por delincuentes (algo que increíblemente siguen repitiendo como lo que son: imbéciles), la progresía/caviarada, la infame cúpula de la iglesia católica (incluido ese ignominioso comunicado de la orden jesuita) y diversos nefastos personajes son cómplices de TODAS las muertes (directas y colaterales) que han sobrevenido desde aquella fecha…NO las fuerzas del orden que han actuado en defensa de la sociedad.
Pues bien, hoy el Perú enfrenta una nueva oleada subversiva roja que este gobierno no termina de entender (o de pronto no quiere hacerlo… uno a estas alturas ya no sabe) debe combatir con la ley y la Constitución. No son, por tanto, buenas noches. El país arde y los culpables están plenamente identificados. Advertidos estamos.
