Si hay un evento inútil por excelencia ese es la CADE (Conferencia Anual de Ejecutivos) y si hay un presidente inútil -también por excelencia- ese es Pedro Castillo. Que la CADE anuncié que no va a invitar a un sujeto que funge de presidente a su evento este año tiene todo el sentido del mundo. Para inutilidades somos campeones mundiales.
De pronto, cuando a principios de los sesentas del siglo pasado algunos capitanes de la industria (me refiero a los de verdad) decidieron reunirse para compartir sus experiencias y así contribuir a un país mejor esta cita tenía algo de sentido…se hablaba del “Espíritu de Paracas”.
Hoy -y desde hace un muy buen tiempo- la CADE no es más que un gran y extendido coctel que dura varios días (interrumpido por aburridísimos discursos y somníferos y estériles debates) que sirve principalmente para reforzar las relaciones públicas de los asistentes: la misma gente de siempre, lobistas, mandos medios privados, funcionarios (imaginen los que van en estos días) y muchos…demasiados periodistas. Por lo menos esa es la impresión que me dejaron los varios CADES a los que asistí. Parafraseando al recordado y entrañable Humberto Martínez Morosini: “Ahí…no pasa nada”.
A proposito. Otro absurdo feriado largo en plena crisis económica. Uno que solo favorece principalmemte a la burocracia estatal y perjudica al resto de peruanos en un país con una economia informal que alcanza el 80%. Pero claro, hay un grupito de privilegidos que pueden darse el lujo de descansar sabiendo que le abonarán su sueldo puntualmente. El resto de peruanos que se tiene que ganar la vida dia a dia o que interactúa con el Estado que se joda con esta absurda paralización de actividades. Solo la manga de infelices, incapaces y rapaces que nos desgobiernan puede pensar que esta decisión significa algo positivo. La multiplicidad de feriados solo retrasan a los paises.