Mi amigo Pedro

No quiero dejar pasar la oportunidad para recordar que hace 20 años, el Perú perdía repentinamente a uno de los más notables representantes intelectuales de su generación. Mi entrañable amigo de toda una vida, Pedro Planas fallecía de un fulminante ataque al corazón en las alturas de Ayacucho en la plenitud de su existencia. Lo conocí desde muy pequeño, a su linda madre y a su hermana Nena (encantadora y brillante profesional), pues vivía a dos cuadras de mi casa y por muchos años caminábamos juntos al colegio que quedaba a pocas cuadras. Estaba una promoción antes que yo, era muy popular… imposible que pasase desapercibido. Infatigable propulsor del periódico mural del colegio. Conversador inquieto, analítico, simpático, conciliador, con su inconfundible pinta siempre descuidada y como ensimismado en sus pensamientos, pero siempre alerta a lo que los demás decían. También brillante comunicador, que pese a no ser abogado fue uno de los mejores constitucionalistas que hayamos tenido. Se fue muy temprano con una prolífica obra y con tanto por dar. Me volví a juntar con él, cuando me invitó a unas charlas que convocaba con gente de pensamiento político muy disímil, un poco antes de la caída del fujimorismo. Luego colaboraría con los gobiernos de Valentín Paniagua y Alejandro Toledo. Se le extraña.